lunes, 5 de noviembre de 2007

Los tipos parados sobre el respaldo de las butacas, haciendo equilibrio. Eso fue lo que mas me llamo la atención esa noche.
En un lugar donde el sexo se respira, donde esta claro que lo que vas a buscar/tener/encontrar es sexo, digo, en un lugar como un cine porno, es raro que lo que mas me haya llamado la atención hayan sido los tipos tratando de ver como una pareja coje (en el mejor de los casos).
Había uno que nos miraba.
Nosotros paraditos ahí, gozando el hecho de tener lo que esos excomulgados que estaban en la planta baja, creían que estábamos gozando.
Al lado nuestro, sobre las butacas, que en un cine porno y en la sala de parejas no son butacas sino un sillón largo, dormía una pareja.
Un poco mas allá sobre los escalones estaba el pendejo que nos cogimos mas tarde. Dos o tres parejas mas y algún solo que dejaron pasar con la venia del que cuida, que es también el de la barra, que es el del guardarropas, que es el anfitrión, que es el cajero, que es el seguridad...
Estábamos caliente y el pendejo estaba bueno, de lo mejor lejos ahí adentro.
Baby se acerco y le dijo algo que no llegue a oír.En estos lugares el código machista se respeta y aunque sea la mujer quien elije, es el hombre el que dirige, comanda y acciona.
Le pregunto al que cuida donde podíamos estar mas cómodos, y fuimos a ese cuartucho.
Una silla, una especie de camilla con la cuerina rota, las paredes despintadas y algunos muebles es deshuso apoyados sobre un rincón.
El pendejo me cogió, me chupo, me beso y yo me deje mientras Baby miraba, aveces tocaba y lo chupaba también.
Llego la pareja.
Ella era gorda. Gorda gorda. De él no recuerdo casi nada.
Mientras el novio de la gorda me cogía, el pendejo me metía la pija en la boca y Baby miraba.
Perdí de vista a la gorda, no se que paso con ella, no iba a ocuparme de eso mientras tres tipos me tocaban, chupaban, olian, curtían, cogían. No, no me iba a preocupar por la gorda.
Creo que el morochito, el novio de la gorda acabo. Al rato se fueron, creo.
El pendejo y Baby siguieron.
El pendejo me cogía fuerte con esa pija enorme, casi que me dolía.
Ya estaba por acabar, casi ya estaba. El pendejo acabo y por un segundo intento sacarla de adentro de mi. Baby le dijo "seguí, no pares". Ahí acabe.