viernes, 9 de noviembre de 2007

Es un submundo. Húmedo, caliente, denso.
Los boliches swinggers tienen leyes propias y esas leyes se respetan. En un lugar donde todo se permite, las reglas se cumplen. Y si no las cumplis, estas afuera.
Creo que fue un sábado, por que había mucha gente. Llegamos al boliche que esta en Barrio Norte, el que es como un Petit Hotel, el mejor de los peores. Nos quedamos dando vueltas, viendo como se preparaban las ganas, el deseo.
En la terraza, sobre las colchonetas, dos parejas se cruzaban. Ellas se besaban mientras ellos las penetraban. Me calenté.
Bajamos a la sala donde pueden entrar las parejas y los "solos". Baby estaba tan caliente como yo y comenzo a besarme delante de todos. Aunque la luz es muy tenue se ve bien y la gente mas cuando la gente se empieza a acercar.
Me besaba, tocaba, lamía, olía. Dos se acercaron mucho. Baby me enfrento a la pared y el se coloco por detrás. Inclino mi cuerpo hacia adelante y me corrió la ropa interior. Me metió un dedo, dos. Me estaba derritiendo.
Se acerco uno que no tenia mas de 25 años. Me tocó y estallé.
Era fuerte, lindo. Tenia un sabor increíble, mezcla de cigarrillo y cerveza. Tuve el impulso de chuparsela hasta que acabara en mi boca. Hasta que explotara de calentura.
Pude acomodarme para quedar sobre él. Baby ya me cogía por atrás y el pibe quedo debajo de mi.
Me tocaba las tetas, me besaba. Los tres estábamos increíblemente excitados.
Llego otro. No recuerdo como era. Lo único que me acuerdo es que era pelado.
Baby, se retiro. Miro la escena desde afuera, mientras el pelado y el pibe me cogían.
La gente se acercaba, algunos estiraban las manos para poder tocarme, otros solo se pajeaban. Y yo ahí, en el centro mismo del deseo.
Cuerpos desnudos, pijas duras y todo ahí, al alcance de mi mano.
Pero el teléfono de Baby sonó y se rompió la magia. Nos echaron, los telefonos no deben entrar a estos lugares. Me fui con Baby y deje a los chicos en llamas.
Yo? acabe antes, por supuesto.