El brasilerito no tenia mas de 25 años.
Entramos al telo y se desnudó enseguida. Me agarró del pelo, me empujo hacia atrás y comenzó a besarme. Rico, suave.
Tenia el cuerpo firme, preciso. Brazos fuertes. Boca increíble. Pija discreta pero durísima.
Me empapaba con solo verlo.
Unos metros más allá Baby miraba como él me pajeaba y yo me calentaba.
El brasilerito se acostó y yo sobre él.
Hablaba suave y me preguntaba si me gustaba. No podía contestarle. Él hubiese podido hacer conmigo lo que quisiera que yo lo iba a dejar.
Me metí la pija en la concha, así, sin mas detalle. Él no dejaba que me moviera, me agarraba fuerte y movía su cadera debajo de mi.
No lo resistía, estaba a punto de estallar y la sacaba. El hijo de puta me dejaba caliente y gozaba con eso.
Baby se acercó, se arrodillo detrás mio y me cogió por el culo.
La sensación era demasiado intensa para resistirla, tener un orgasmo no hubiese sido suficiente.
La cabeza me estallaba, el cuerpo también.
El pibe seguía cogiéndome sin dejarme mover, sin dejar de hablarme.
Baby acabo pajeandose. Viendo como un tipo cualquiera hacia gozar a su mujer.