domingo, 25 de noviembre de 2007

Me calienta pensar en dos hombres besándose. Me excita hasta lo indecible.
Tengo largas masturbaciones con la obsesión de dos tipos tocándose, chupándose, cogiendo.
Solo miro. Me quedo en un costado, tocandome, disfrutando y los veo.
Veo como se desnudan, como se huelen, como se lamen.
Yo me quedo ahí, casi sin que noten mi presencia, al margen.
Los hombres, las pijas son mi terreno. Mi lugar.
Pero las mujeres están y sus cuerpos y sus tetas también.
Era chiquita, cuerpo chiquito, tetas grandes. Boca grande.
La encontré en la sala más oscura y nos acomodamos en el lugar que pudimos.
Las dos de pie, reconociendonos, calientes.
Ella me agarro la cara y comenzó a besarme. Besos pequeños, rodeando los labios, pasandome la lengua por la boca. Yo no podía hacer nada. El placer me mareaba.
Seguimos un rato así, besandonos casi sin tocarnos.
Con sus manos me desabrocho el pantalón y la metió por debajo de mi bombacha. Inmediatamente me moje. Me toco el clítoris y la electricidad me contrajo el cuerpo.
Me acerque a su oído y le pedí que me metiera un dedo. Lo hizo.
La besé más fuerte, mucho más mojado.
Le abrí la camisa y le toque las tetas sobre el corpiño. Otro golpe de electricidad me golpeo.
Eran realmente grandes, suaves.
-Chupame- Y lo hice.
Me llené la boca. Con la lengua rocé sus pezones y después la mordí lentamente.
No pude resistirme. No pude aguantarlo. No lo soporté. Y la deje parada ahí mismo.
Cuando llegue a mi cama, lo único que quería era pajearme pensando en su boca.

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Charly

Charly es mi hermano (adoptado). Cuando cogíamos yo ya lo sabia.
Él entraba a mi cuarto, a la madrugada mientras dormía, y me metía la pija en la boca. Así sin preámbulo. A mí me gustaba y me asqueaba.
Siempre esa dualidad dando vueltas.
Me cogía con odio, me atravesaba. Y yo lo dejaba.
Charly se metió entre Baby y yo. Es parte de nuestro juego, de nuestra fantasía.
Vamos a un encuentro familiar, Baby entra al baño y Charly lo hace unos minutos después.
Se miran sin hablar. Entonces Baby se acerca y lo besa, Charly responde.
-Sos un putito de mierda- Y lo besa también, con furia con bronca.
Se abrazan. Charly lo desnuda. Y lo obliga a arrodillarse. Le mete la pija, su pija grande y dura, en la boca. Lo coge por la boca. Baby se queja, pero se queda.
-Que puto sos. Queres que te coja, ¿no? putito-
Entonces Baby se apoya sobre los azulejos y Charly lo penetra. Lo coge con fuerza y Baby llora un poco. Un rato despues acaban.
Baby termina el relato y acabo yo también.







martes, 20 de noviembre de 2007

Olor a sangre.
Me gusta coger cuando estoy indispuesta. Estoy más caliente. Me excito más.
Baby se pajeaba y yo me calentaba solo con mirarlo.
-Agachate sobre el sofá-
Me saqué la ropa y me incline sobre el mueble.
Él me metió la pija, ya dura, muy dura, por el culo. No puede haber nada que me guste más.
Yo mientras, me pajeaba y gemía.
El olor a sangre inundaba todo, invadía todo.
-Puta. Sos muy puta.
Unos escalones más arriba ella dormia.
Ella, a la que hacia algún tiempo yo, le había chupado las tetas. La que había besado con rechazo y placer. A la que había masturbado. La que me había chupado la concha mientras me retorcía de espasmos.
-Puta.
Y Baby me atravesaba impunemente.

jueves, 15 de noviembre de 2007

No sé, no lo recuerdo bien. No estoy segura de la fecha. Pero sí que alguien me lo regalo.
No tiene colores que lo hagan disfrazar de desing. No es Palermo Soho. Es solo una gran pija de látex.
Así, rustica, guaranga, obvia.
No hizo falta que me lo pidiera. Yo sabia que le iba a gustar. Baby estaba caliente y yo quería hacerlo estallar.
Primero fue un dedo. Lo chupe, y lo fui metiendo de apoco. Él gemía fuerte con un poco de dolor, el dolor era lo que me hacia querer hacerlo un poco mas profundo cada vez.
Baby sobre la cama se entregaba a mí y yo iba a aprovechar ese regalo.
Seguí con otro dedo. Y le gustaba y le dolía. Y yo hervía.
Muy despacio, sin sacar los dedos de su culo, busque el vibrador. Lo lamí, lo moje todo y tuve ganas de usarlo yo misma, pero hoy era su turno.
Al comienzo se resistió, pero después vi el placer que le provocaba.
Una, dos, tres veces. Se lo metía y en cada embestida la excitación era mayor. Mientras lo veía gozar, me pajeaba y explotaba yo también.
Sus gemidos de nena me volaban la cabeza, no lo podía creer. Tan nenita, tan putita y por lo que yo estaba haciendo.
Baby acabo y decidí que era mi turno.
Él me metió el vibrador en la concha mientras, al mismo tiempo me metía su pija en el culo. No fue un largo rato. No lo resistí. Acabe de una manera brutal, incontrolable, enferma.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Es un submundo. Húmedo, caliente, denso.
Los boliches swinggers tienen leyes propias y esas leyes se respetan. En un lugar donde todo se permite, las reglas se cumplen. Y si no las cumplis, estas afuera.
Creo que fue un sábado, por que había mucha gente. Llegamos al boliche que esta en Barrio Norte, el que es como un Petit Hotel, el mejor de los peores. Nos quedamos dando vueltas, viendo como se preparaban las ganas, el deseo.
En la terraza, sobre las colchonetas, dos parejas se cruzaban. Ellas se besaban mientras ellos las penetraban. Me calenté.
Bajamos a la sala donde pueden entrar las parejas y los "solos". Baby estaba tan caliente como yo y comenzo a besarme delante de todos. Aunque la luz es muy tenue se ve bien y la gente mas cuando la gente se empieza a acercar.
Me besaba, tocaba, lamía, olía. Dos se acercaron mucho. Baby me enfrento a la pared y el se coloco por detrás. Inclino mi cuerpo hacia adelante y me corrió la ropa interior. Me metió un dedo, dos. Me estaba derritiendo.
Se acerco uno que no tenia mas de 25 años. Me tocó y estallé.
Era fuerte, lindo. Tenia un sabor increíble, mezcla de cigarrillo y cerveza. Tuve el impulso de chuparsela hasta que acabara en mi boca. Hasta que explotara de calentura.
Pude acomodarme para quedar sobre él. Baby ya me cogía por atrás y el pibe quedo debajo de mi.
Me tocaba las tetas, me besaba. Los tres estábamos increíblemente excitados.
Llego otro. No recuerdo como era. Lo único que me acuerdo es que era pelado.
Baby, se retiro. Miro la escena desde afuera, mientras el pelado y el pibe me cogían.
La gente se acercaba, algunos estiraban las manos para poder tocarme, otros solo se pajeaban. Y yo ahí, en el centro mismo del deseo.
Cuerpos desnudos, pijas duras y todo ahí, al alcance de mi mano.
Pero el teléfono de Baby sonó y se rompió la magia. Nos echaron, los telefonos no deben entrar a estos lugares. Me fui con Baby y deje a los chicos en llamas.
Yo? acabe antes, por supuesto.

Té para tres

Dijo te tenia 23 o 24? No me acuerdo. Lindo cuerpo, cara que zafaba, feos dientes.
No era la primera vez que usábamos los servicios de los muchachos de Marcelo T. es más esta era como la 5 ó 6.
Pasamos lento con el auto y elegimos. Baby se baja (a mi me da demasiada vergüenza el tramite) "arregla" con el joven y partimos los tres a un telo.
Conseguir un hotel donde puedan entrar 3 personas, siempre es complicado y esta vez también lo fue. Así que el "empleado" tuvo que entrar escondido en la parte de atrás del auto, tapado con algunas camperas.
Las cosas no fueron en el orden que estoy acostumbrada.
Baby llego y lo desnudo. Sabe que eso me quema la cabeza. Se besaron, tocaron, acostaron.
Yo estaba en un rincón de la cama, sola, mirando. Con las ideas y las imagenes explotandome. Baby le chupaba la pija. Los dos gemían. Yo no podía mas.
El "taxi" me rozo la pierna y ya no pude mas.
Me saque la ropa (después de que Baby me lo pidió) y entre los dos comenzaron a tocarme. Primero las tetas, después la panza las piernas, la concha.
El "taxi" me chupo fuerte, duro. Me encantó. Casi me lastima y mas me gustaba.
Después me subí sobre el y mientras cogíamos Baby por detrás me metía un dedo en el culo.
Increíble. Increíble.
No se cuanto duro, no me acuerdo exactamente que paso. Pero estuvo buenísimo.

martes, 6 de noviembre de 2007

-Acá se viene a cojer-

Imposible más claridad en una directiva.
El lugar es feo con ganas. Mucho merito tuvieron que hacer para combinar con total impunidad esas columnas con las plantas de plástico, con los tapizados de los reservados, con las cortinas floreadas.
Igual lo peor lejos (muy lejos) es el cuartito del fondo.
Cuanto tendrá? dos por dos? Bueno, ponele. Pintado todo de negro. Paredes, piso, techo. Todo.
Una silla (negra) es todo el mobiliario y la luz, brilla (cuac) por su ausencia.
Cuando entramos supimos de alguna manera, que era el lugar mas crudo al que habíamos ido.
Todo es explicito.
En la habitación mas grande, hay varias colchonetas puestas directamente sobre el piso. Ni una ventana, nada que denote un mundo fuera de esta realidad.
La primera vez que entramos el lugar, la gente nos sacudió.
Nos quedamos parados contra una columnas, mirando. Al rato, no mucho rato, un tipo parado detrás de mi, me tocaba el culo. Deje que lo hiciera.
Baby me besaba, mientras el otro (era un viejo, me di cuenta después) no paraba de tocarme, ahora también las tetas.
El viejo intento cogerme un par de veces, pero me gustaba mas este jueguito que estábamos jugando que el "trabajo" directo.
Un rato después, ya nos estábamos aburriendo y Baby despacho al viejo, diciéndole "gracias, hasta acá estuvo bien".
Después me arrepentí. El viejo tenia tremenda pija.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Con unos cuantos piscos encima casi que no podes distinguir entre uno y otro.
Cuando llegamos al boliche swinger, el panorama era triste, tristisimo.
En la pista estaban todas las parejas sobre los bordes, nadie bailaba. Ni siquiera después del intento por calentar el ambiente que había llevado a los strippers a retirarse con unos pocos aplausos.
Pasamos a una sala, esa donde pueden ir los solos también, nadie, ni un alma en pena. Después la sala de parejas, nadie tampoco.
Mas allá al costado, después del lavatorio, pasando esas duchas raras como de club, bien, bien al fondo. Donde están esas habitaciones que podrían ser como cuartos de sauna, ahí nos quedamos.
Baby empezó chupandome las tetas. Y siguió.
No se en que momento entro una pareja, no los vi inmediatamente.
Mientras Baby me cogía desde atrás, yo inclinada, no podía verlos, pero sentí después que el pibe se pajeaba sobre mi espalda.
Baby me contó que el pibe acabo sobre mi, a ella nunca la vi.
Se fueron al rato, no mucho.
Baby siguió cogiéndome un rato mas. Estábamos muy calientes. No tengo el registro del momento en que acabe. Fue una vez? Fueron varias?
Los tipos parados sobre el respaldo de las butacas, haciendo equilibrio. Eso fue lo que mas me llamo la atención esa noche.
En un lugar donde el sexo se respira, donde esta claro que lo que vas a buscar/tener/encontrar es sexo, digo, en un lugar como un cine porno, es raro que lo que mas me haya llamado la atención hayan sido los tipos tratando de ver como una pareja coje (en el mejor de los casos).
Había uno que nos miraba.
Nosotros paraditos ahí, gozando el hecho de tener lo que esos excomulgados que estaban en la planta baja, creían que estábamos gozando.
Al lado nuestro, sobre las butacas, que en un cine porno y en la sala de parejas no son butacas sino un sillón largo, dormía una pareja.
Un poco mas allá sobre los escalones estaba el pendejo que nos cogimos mas tarde. Dos o tres parejas mas y algún solo que dejaron pasar con la venia del que cuida, que es también el de la barra, que es el del guardarropas, que es el anfitrión, que es el cajero, que es el seguridad...
Estábamos caliente y el pendejo estaba bueno, de lo mejor lejos ahí adentro.
Baby se acerco y le dijo algo que no llegue a oír.En estos lugares el código machista se respeta y aunque sea la mujer quien elije, es el hombre el que dirige, comanda y acciona.
Le pregunto al que cuida donde podíamos estar mas cómodos, y fuimos a ese cuartucho.
Una silla, una especie de camilla con la cuerina rota, las paredes despintadas y algunos muebles es deshuso apoyados sobre un rincón.
El pendejo me cogió, me chupo, me beso y yo me deje mientras Baby miraba, aveces tocaba y lo chupaba también.
Llego la pareja.
Ella era gorda. Gorda gorda. De él no recuerdo casi nada.
Mientras el novio de la gorda me cogía, el pendejo me metía la pija en la boca y Baby miraba.
Perdí de vista a la gorda, no se que paso con ella, no iba a ocuparme de eso mientras tres tipos me tocaban, chupaban, olian, curtían, cogían. No, no me iba a preocupar por la gorda.
Creo que el morochito, el novio de la gorda acabo. Al rato se fueron, creo.
El pendejo y Baby siguieron.
El pendejo me cogía fuerte con esa pija enorme, casi que me dolía.
Ya estaba por acabar, casi ya estaba. El pendejo acabo y por un segundo intento sacarla de adentro de mi. Baby le dijo "seguí, no pares". Ahí acabe.